Estar conectado no es lo mismo que estar
comunicado; la diferencia radica en que la primera hace referencia al fenómeno
tecnológico en tanto que lo segundo es una experiencia humana fundamental.
Esta diferencia permite pensar cómo nos engañamos
sintiendo que estamos hipercomunicados porque usamos celulares, correos
respondidos casi al instante, el chat, etc., pero no estamos comunicados. Esto
implicaría comunicarse, mirarse a los ojos, percibir las expresiones que se
hacen presentes a través de las palabras dichas o escuchadas, con la aparición
de gestos, de brillo en la mirada, que se puede acompañar con una mano que se
acerca y se ajusta al otro haciendo más vivida la palabra. Y sin dudas, todo
eso requiere tiempo y parecencia.
Estar comunicado implica participación.
Funciona un emisor, un mensaje y un receptor. Se establece un diálogo y se
intercambian los papeles. El receptor pasa y se intercambian los papeles. El
receptor pasa a ser emisor y envía una respuesta.
Estar conectado no siempre implica
participación. Se convierte en Receptor Oyente recibe mensajes pero no los
responde.
Fuente
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